Nuestras hermanas Religiosas de la Asunción de Zínder nos comparten.

Nuestra experiencia de educación transformadora en el Níger

Las religiosas de la Asunción tenemos una larga historia de amor con el Níger. Habiendo llegado a tierras nigerianas en enero de 1966 –jóvenes y menos jóvenes-, hemos entregado nuestra vida: juventud, fuerzas, fe, esperanza…en favor de este pueblo humilde y pobre, sediento de bienestar, de vida y de educación.

 

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Desde hace 49 años la Asunción ha hecho todo para que este pueblo pueda levantarse. Nos hemos dejado inspirar por la palabra “la gloria de Dios es la persona de pie”.

Primero hemos abierto una comunidad en Tchirozerine, en la región de Agadez. Más tarde fuimos a Tahua y a Zinder. Esta última se sitúa al sur-este del país, a aproximadamente mil kilómetros de Niamey. Poco después nos retiramos de Tchirozerine y Tahua sucesivamente.

También, hacia los años 1990, el arzobispo de Niamey pidió a la Asunción que pudiéramos animar el Colegio Mariama, una estructura grande, fundada por las Hermanas Canadienses. En ese momento la Tutela de Francia apoyó con la Dirección y la Administración, y algunos años después, cuando los laicos del lugar estaban suficientemente preparados para llevar el proyecto, la Provincia de África del Oeste ha tomado el relevo en el acompañamiento de este equipo.

Releyendo todos estos años, nos damos cuenta que nuestra experiencia de comunidad ha estado marcada por el inter: diversidad de edades, de culturas, de origen. Esto ha sido motivo de gozo y un testimonio de comunión inspirador para todos aquellos y aquellas con los que convivimos diariamente, originarios del lugar o venidos del extranjero. Seguido nos han expresado cuánto aprecian esta presencia rica y diversa de la Asunción en el Níger.

En Zinder, el Arzobispo nos pidió primero la fundación de una escuela secundaria: “Fátima”, que unos años después entregamos al Estado Nigeriano. Esta estructura ha formado durante años mujeres responsables en la construcción de su país y en la educación de sus hijos. El recuerdo de esta época permanece viva entre nuestras antiguas alumnas, que todavía vemos por allí.

Hacia los años 1980 la Iglesia nos confió la animación de la Escuela de la Misión Católica, en la que nos consagramos a la formación de personas capaces de ejercer un liderazgo en la ciudad y en el país. El proyecto se desarrolló de manera que esta Escuela-Misión acoge a más de 600 alumnos de Preescolar y Primaria, sin distinción de raza ni de religión. La educación aquí está inspirada en

valores humanos y evangélicos, una educación integral según el Carisma de la Asunción. El equipo de maestros es comprometido y dinámico. Además del programa oficial, los niños reciben una iniciación a la informática, a la carpintería y a la costura. La documentación, a través de la Biblioteca, les da el gusto por la lectura y una apertura a las realidades del mundo.

Además, está el Centro de Formación Femenina, que es también un proyecto de la Misión Católica en Zinder. A través de una educación humana y la iniciación a ciertos oficios, las mujeres crecen en responsabilidad hacia sus familias y su pueblo, inspiradas en valores humanos y evangélicos.

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Hacia 1984 fundamos también el Centro Socio-Educativo y Sanitario de Kara-Kara, en un barrio de leprosos que se encontraba en las afueras, aislado de la ciudad. Se trataba de un dispensario y una pequeña estructura de Preescolar. Formamos allí ciudadanos activos, responsables y orgullosos de su dignidad. Reciben una educación que les abre un porvenir gracias a un desarrollo integral (condiciones de vida digna: hábitat, empleo, etc.)

En el dispensario, las actividades se orientan a mejorar la salud de los enfermos de lepra, y de sus familias (cuidados curativos y preventivos).

Acogemos y curamos también a enfermos que vienen de la ciudad o de otros lugares. Nuestras actividades comprenden varios aspectos:

-junto con el personal del dispensario animamos pláticas sobre la educación a la salud para que los pacientes puedan tomar en mano su propio cuidado y algunos medios preventivos. Acompañamos estas pláticas de demostraciones y de visitas a domicilio.

-damos consultas prenatales e infantiles (vacunas, control del peso y seguimiento del desarrollo de los niños).

-contar con el servicio de Laboratorio es una gran ayuda para la mejora de la salud de los enfermos y su seguimiento.

-tenemos también un Centro de Nutrición donde ofrecemos a la población una educación a una alimentación sana, a través de consejos y de demostraciones culinarias, así como la confección de harinas enriquecidas. Realizamos visitas a domicilio para animarles a seguir estos programas.

La presencia de la Asunción en Zinder ha dado a luz otras pequeñas estructuras de promoción humana:

-Grupos de mujeres: microcrédito para organizar Actividades Generatrices de Ganancias (AGG), cuyos destinatarios son la población local. Además existen encuentros, tontinas2 que se organizan gracias al apoyo de todos, y actividades para promover la limpieza del barrio.

-Trabajos comunitarios con jóvenes y adultos (hombres y mujeres) para mejorar el entorno: el camino y el terreno de juego de la escuela.

-Hemos iniciado sesiones de reciclaje de plásticos con los que confeccionamos losas que permiten mejorar el hábitat y la construcción de sus casas. Hemos realizado esto con la participación del jefe de familia.

- Escolarización de los niños: una de nuestras preocupaciones es motivar a los chicos del barrio a ir a las escuelas de la ciudad: la Primaria, la Secundaria o el Bachillerato, así como las escuelas profesionales o los talleres, para los que no han podido asistir a la escuela. Les sensibilizamos también a participar en actividades deportivas.

En la parroquia participamos en la educación religiosa y humana de los jóvenes, así como en la animación de las celebraciones litúrgicas del año.

Nuestra alegría es grande cuando, al ver a unos y a otros, nos expresan el orgullo de haber crecido en nuestras escuelas y estructuras.

En definitiva, a lo largo de todos estos años en el Níger, hemos compartido la vida de nuestras hermanas y hermanos, hemos participado en el crecimiento de muchas personas, con la ayuda del Señor. En realidad, es el Señor quien ha sido el formador por excelencia, es El quien ha hecho crecer en cada uno de nosotros –formadoras y formandos-, la semilla de una sociedad más humana y más justa.

Durante estos 49 años, nuestra experiencia de educación y de transformación puede resumirse así: hemos dado todo y hemos recibido todo. El Níger seguirá siendo para nosotras el lugar de “dar y recibir”, este bello “inter” que nos hace crecer a todos en humanidad.

Al paso de los años en esta tierra, una convicción ha crecido en nosotras: la vida es un don de Dios. Hay que saber administrar este don en la paciencia, la perseverancia, la fuerza para resistir, la esperanza. Todo esto para Su Gloria, porque la pequeña semilla ha sido enterrada en esta tierra, y ciertamente está germinando, a la manera de Dios, en pequeños brotes de esperanza.

Las hermanas de ZinderDolores ASTORGAJosée Myriam LOUGOUIEdith Emmanuel FAGBEDJIVéronique KOUETEVISidonie Joseph SESSOUProvincia de Africa del Oeste

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