Una sociedad verdaderamente cristiana, en la que Dios, reinando en todas partes aunque invisible, sea el maestro de los espíritus y de las Voluntades; una sociedad transformada por el evangelio en la que todos y todas tengamos igualdad de derechos y oportunidades de vivir, cada persona asuma su vocación-misión y se comprometa en la construcción del Reino de Dios.

Por medio de una Educación Liberadora y Transformadora, cuyo eje es la comunión, la solidaridad, la justicia, la paz e integridad de la creación.

A través de todas las disciplinas, la Catequesis, la Liturgia, los espacios de la Pastoral, el acompañamiento personal y grupal.

Desde la comunidad, como lugar privilegiado donde se arraiga nuestra visión y se discierne nuestra acción.